CAMBIAR LA CHAQUETA
(To change one’s spot)
Algunos adjudican el origen de este curioso dicho al duque de Saboya, Carlos Manuel I, quien solía alternar sus simpatías por Francia y por España usando un jubón (prenda antigua ajustada que cubría desde los hombros hasta la cintura) de color rojo de un lado y blanco del otro.
Pero lo cierto es que, con motivo de las guerras de religión promovidas por la Reforma Luterana, se hizo usual que los adversarios de cada bando (papistas y luteranos), para distinguirse de sus oponentes, vistiesen casaca y jubón de aspectos bien diferenciados.
Debido a que, por lo general, el forro de estas prendas era de color distinto al de la tela, en determinadas circunstancias los parciales de una y otra facción, ya sea para desorientar al adversario o para hacerse pasar por uno de ellos, daban vuelta la casaca.
Esta treta hizo acuñar, con el tiempo, la expresión cambiar la chaqueta que con el transcurso de los años comenzó a ser usada -con sentido análogo- para criticar a quien de acuerdo con las circunstancias cambia repentinamente de opinión o actitud política, en otras palabras, se convierte en un "tránsfuga" (verdadero significado de esta palabra), o como diríamos entre nosotros, un "panqueque".
“Chaquetero: Espécimen dado al cambio súbito de chaqueta en función de la dirección del viento. Lamentablemente para todos nosotros, su especie no corre ningún tipo de peligro de extinción."
“Pero si tú fuiste franquista, luego socialista, más tarde te hiciste de derechas, y resulta que ahora eres de centro; ¡no haces más que cambiar de idea!
—De eso nada —respondía el candidato a elecciones municipales—, yo siempre he tenido la misma idea: ser concejal. Pues eso y de esa gente yo huyo como de las sanguijuelas
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